🔄 El ciclo de sobrecarga en el TDAH: por qué no podemos parar (y por qué eso tiene sentido)
🧠 Un cerebro que necesita estímulo para funcionar
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) no se define solo por la distracción o la impulsividad. En su núcleo hay un problema de regulación del nivel de activación (arousal).
Según la teoría de la estimulación óptima (Zentall, 1975; Sergeant, 2000), el sistema nervioso del TDAH opera en un estado de activación basal más bajo que el promedio. Las vías dopaminérgicas y noradrenérgicas —encargadas de la motivación y la atención— liberan menos neurotransmisores en reposo (Volkow et al., 2009).
El resultado es una sensación interna de baja energía mental: dificultad para iniciar tareas, sensación de vacío o “parálisis ejecutiva”. ❌ No se trata de pereza, sino de un sistema que necesita mayor estímulo para alcanzar su punto funcional. ⚡
🎢 La autorregulación mediante estímulo
Cuando el entorno ofrece novedad, urgencia o interés genuino, el sistema dopaminérgico se activa: aparece el foco, la claridad y la motivación. ✨ Es el momento que muchas personas describen como flow TDAH.
El problema es que el cerebro con TDAH no regula bien el descenso: la corteza prefrontal (clave en la inhibición y planificación) no logra frenar la activación (Barkley, 1997). Parar se siente como caer al vacío dopaminérgico, lo que genera ansiedad o disforia. 🌪
Por eso, en lugar de descansar, muchas personas buscan mantener la activación: más trabajo, más pantallas, más compromisos, más cafeína. ☕ Se instala así un ciclo de sobrecarga dopaminérgica:
🔄 baja activación → hiperactivación → saturación → colapso → culpa → búsqueda de estímulo → nueva hiperactivación
🍫 Cómo se alimenta el ciclo
El cerebro no distingue entre estímulos “productivos” y “autodestructivos”: solo busca activación.
- Conductuales: asumir más tareas, responder a crisis, buscar conflictos, iniciar proyectos simultáneos. 📌
- Químicos: cafeína, azúcar, nicotina, ejercicio excesivo, uso no terapéutico de fármacos, alcohol o ansiolíticos para “bajar” después del pico. ⚡
- Emocionales o sensoriales: redes sociales, compras, relaciones intensas, exposición constante a estímulos digitales. 📱
Estas conductas no son falta de autocontrol: son formas de autorregulación neuroquímica frente a un sistema dopaminérgico inestable. 🧘
⚠️ De la estimulación al colapso
Mantener elevados los niveles de adrenalina y cortisol lleva a una sobrecarga alostática (McEwen, 1998): el cuerpo deja de poder compensar el estrés.
El resultado es el llamado burnout TDAH (Hirvikoski et al., 2011): fatiga extrema, irritabilidad, hipersensibilidad sensorial, “niebla mental”, insomnio, anhedonia. 😴
La oscilación constante entre hipo- y sobre-activación también impacta en la regulación emocional, aumentando el riesgo de ansiedad, depresión y consumo problemático de sustancias (Kessler et al., 2006). 💔
🏢 Un entorno que premia la sobrecarga
La cultura de la hiperproductividad celebra las fases de hiperactivación del TDAH: “aprovechar la energía”, “rendir bajo presión”, “ser multitarea”. 📈
Sin embargo, cuando llega el colapso, el sistema social —laboral, educativo o sanitario— suele castigar la inconstancia. ⚖️
El mensaje implícito es claro: eres valioso mientras te sobreexiges. Esta presión externa refuerza el ciclo interno de sobrecarga y autocrítica. 😔
💊 Por qué los estimulantes recetados no agravan, sino que estabilizan
Los fármacos estimulantes (metilfenidato, anfetaminas) no “aceleran” el cerebro. Actúan normalizando la transmisión dopaminérgica y noradrenérgica, elevando el nivel basal de activación (Faraone et al., 2021).
Esto reduce la necesidad de buscar estímulos extremos, mejora la capacidad de pausa y permite sostener el foco sin depender del estrés. 🧘♂️
Lejos de fomentar la adicción, su uso supervisado disminuye el riesgo de conductas adictivas al estabilizar el circuito de recompensa (Chang et al., 2014). ✅
🛠️ Romper el ciclo: hacia una regulación sostenible
Salir del ciclo de sobrecarga no es cuestión de fuerza de voluntad, sino de rediseñar el entorno y los hábitos para respetar los límites biológicos.
- A nivel individual: identificar señales tempranas de saturación, practicar descansos preventivos, reducir multitarea, dosificar la estimulación sensorial. 🌬️
- A nivel clínico: acompañar con abordajes integrales que incluyan medicación, psicoeducación y estrategias de regulación emocional. 🧘
- A nivel social: repensar la productividad, reconocer los ritmos no lineales y crear estructuras laborales y educativas que no castiguen el descanso. 🛋️
📚 Referencias
Barkley, R. A. (1997). Behavioral inhibition, sustained attention, and executive functions: Constructing a unifying theory of ADHD. Psychological Bulletin, 121(1), 65-94.
Chang, Z., et al. (2014). Medication for attention-deficit/hyperactivity disorder and risk for substance abuse. The BMJ, 348, g3769.
Faraone, S. V., et al. (2021). The World Federation of ADHD international consensus statement: 208 evidence-based conclusions about the disorder. Neuroscience & Biobehavioral Reviews, 128, 789-818.
Hirvikoski, T., et al. (2011). ADHD symptoms and stress exposure in adults with ADHD. European Journal of Neuropsychopharmacology, 21(3), 600-608.
Kessler, R. C., et al. (2006). The prevalence and correlates of adult ADHD in the United States. American Journal of Psychiatry, 163(4), 716-723.
McEwen, B. S. (1998). Protective and damaging effects of stress mediators. New England Journal of Medicine, 338(3), 171-179.
Sergeant, J. A. (2000). The cognitive-energetic model: An empirical approach to attention-deficit hyperactivity disorder. Neuroscience & Biobehavioral Reviews, 24(1), 7-12.
Volkow, N. D., et al. (2009). Evaluating dopamine reward pathway in ADHD: Clinical implications. JAMA, 302(10), 1084-1091.
Zentall, S. S. (1975). Optimal stimulation as theoretical basis of hyperactivity. American Journal of Orthopsychiatry, 45(4), 549-563.
