Días de Orgullo Neurodivergente: Una Historia que Merece Ser Conocida
Entre el 16 y el 18 de junio, florecen voces que han sido silenciadas durante siglos.
Mientras el calendario avanza sin pausa, entre el 16 y el 18 de junio ocurre algo que aún pasa desapercibido en la mayoría de los medios, gobiernos y espacios públicos: es el momento en que muchas personas alrededor del mundo celebran el Orgullo de ser Neurodivergente y el Orgullo Autista. Aunque no figuren en calendarios oficiales ni sean reconocidos como días internacionales por la ONU, tienen un profundo valor simbólico, político y comunitario.
🌈 Origen: una respuesta a la patologización histórica
La celebración del Autistic Pride Day (18 de junio) nació en 2005, impulsada por el colectivo británico Aspies for Freedom. Se inspiraron directamente en los movimientos de orgullo LGBTIQ+, pero con un giro particular: en lugar de exigir “inclusión” en una sociedad que los excluye, propusieron redefinir el concepto mismo de normalidad. Su lema inicial fue claro: “Autismo es una forma de ser, no una enfermedad”.
Más adelante, en 2018, nació el Neurodiversity Pride Day (16 de junio) en los Países Bajos, promovido por la Neurodiversity Foundation, para dar espacio a otras formas de neurodivergencia (como TDAH, dislexia, bipolaridad o Tourette). La idea era crear un espacio de celebración radical, no solo de “visibilidad” sino también de alegría, creatividad y fuerza colectiva.
🗣️ “El Orgullo es un acto de amor propio frente a un mundo que intenta constantemente cambiarte” — Fundación Neurodiversity Pride (neurodiversiteitpride.nl)
🧭 ¿Por qué aún no son reconocidos internacionalmente?
Existen múltiples razones por las que estas fechas aún no son oficializadas:
- Capacitismo institucional: La idea de que ciertas formas de pensar o sentir son “menos válidas” sigue profundamente arraigada en muchos sistemas educativos, sanitarios y mediáticos.
- Falta de diagnóstico y representación: En países como Chile, muchas personas neurodivergentes ni siquiera saben que lo son, y si lo saben, enfrentan estigmas y barreras para hablarlo abiertamente.
- Prioridad a otras causas más visibles: Aunque el discurso de salud mental ha ganado terreno, la neurodivergencia como identidad aún se ve como una categoría médica antes que como una forma válida de diversidad humana.
- Colonialidad del saber: Las categorías diagnósticas, y con ellas las fechas y discursos que se vuelven "oficiales", siguen respondiendo mayormente a marcos anglosajones y psiquiátricos tradicionales.
¿Y en Chile… y en América Latina? Semillas que brotan en territorios diversos
En Chile, aunque no existe reconocimiento formal desde el Estado, sí hay señales alentadoras. Colectivos autistas y neurodivergentes —como Fundación Soy Autista, Pacha Espacial, Loba Transversal, Neurodivergentes Chile y nuestra propia comunidad en Salud Divergente— están contribuyendo a dar cuerpo a un movimiento cultural emergente y autodefinido. Desde podcasts y ferias hasta campañas educativas y encuentros, se siembra la idea de que ser neurodivergente no es un déficit, sino una forma legítima de estar en el mundo.
En México, el activismo autogestionado ha tomado fuerza en redes sociales, sobre todo a partir de colectivos como Neurodivergentes MX, páginas como Autismo sin mitos, y comunidades como TDAH México, que están generando contenidos informativos y espacios de acompañamiento. También se han articulado voces indígenas y comunitarias que plantean la necesidad de descolonizar los enfoques tradicionales sobre salud mental y discapacidad.
En Argentina, la conversación también ha tomado forma a través de proyectos como Cuerpos que (no) importan, activistas autistas como Ileana Correa o Agustina Palacios, y colectivos como Orgullo Autista Argentina. Allí, el cruce con el feminismo, el activismo por la discapacidad y la crítica al modelo biomédico ha dado lugar a propuestas transformadoras desde una mirada interseccional y despatologizante.
Aunque con particularidades en cada territorio, en los tres países comienza a consolidarse una visión compartida: la neurodivergencia no necesita ser normalizada, sino entendida, celebrada y respetada en sus propias formas de expresión.
Y aunque todavía no hay leyes que reconozcan oficialmente estos días en la región, el movimiento avanza: desde las bases, con creatividad, resistencia y comunidad.
🌱 ¿Cómo conmemorar estos días?
No necesitas pancartas ni permisos oficiales para unirte. Aquí algunas formas:
- Compartir testimonios en redes con los hashtags #OrgulloNeurodivergente o #AutisticPride.
- Difundir información veraz y neuroafirmativa, que desafíe el modelo médico tradicional.
- Crear o apoyar espacios seguros, donde las personas puedan mostrarse sin máscaras.
- Celebrar la creatividad y sensibilidad de las mentes divergentes: arte, escritura, diseño, música, movimiento.
- Cuestionar el capacitismo, incluso dentro de los discursos progresistas.
✨ Una nota final
Estos días no son para adaptarnos mejor a un mundo que nos ignora, sino para imaginar uno donde nuestros cerebros y cuerpos sean bienvenidos tal como son. No celebramos “pese a” ser neurodivergentes. Celebramos porque lo somos.
“Las mentes neurodivergentes no están rotas. Están funcionando perfectamente en un mundo que aún no ha aprendido a apreciarlas” — @neuroclastic
Salud Divergente – Honramos lo que somos
**Usamos herramientas de IA para representar ideas de forma simbólica y accesible. Esta imagen no corresponde a personas reales.
