Disautonomías y Sensibilidades Sensoriales: Cómo la regulación autonómica influye en nuestra percepción del mundo
La disautonomía es un término que engloba trastornos del sistema nervioso autónomo (SNA), encargado de regular funciones involuntarias del cuerpo como la frecuencia cardíaca, la presión arterial, la digestión y la respuesta al estrés. Entre las formas más conocidas se encuentra el POTS (Síndrome de Taquicardia Postural Ortostática), que afecta a millones de personas y a menudo se solapa con condiciones neurodivergentes como el TDAH, la migraña crónica o el autismo.
Aunque la literatura médica suele enfocarse en síntomas cardiovasculares o digestivos, un área menos discutida, pero muy relevante para la vida diaria, es la hipersensibilidad sensorial que muchas personas con disautonomía experimentan. Esto incluye sensibilidad a la luz, al sonido, al tacto y a estímulos múltiples, y puede afectar significativamente la calidad de vida.
1. ¿Por qué se produce la hipersensibilidad en disautonomías?
La base de estas sensibilidades radica en la disregulación autonómica, que altera la forma en que el cerebro y el cuerpo procesan estímulos. Los mecanismos principales son:
a) Flujo sanguíneo cerebral alterado
En personas con POTS y otras disautonomías, la hipoperfusión cerebral —una reducción temporal del flujo sanguíneo al cerebro al ponerse de pie o durante esfuerzo— puede provocar síntomas como mareos, visión borrosa, fatiga y fotofobia. Esta disminución del aporte de oxígeno hace que incluso estímulos visuales o auditivos moderados se perciban como abrumadores.
b) Hipersensibilidad del sistema nervioso central
La sobreexcitación de las vías sensoriales es común en disautonomías. Por ejemplo, estudios muestran que personas con POTS o disautonomía autonómica generalizada tienen umbral reducido para estímulos lumínicos y auditivos, lo que significa que luces LED, pantallas de computadora o ruidos cotidianos pueden provocar incomodidad, dolor de cabeza o fatiga sensorial.
c) Conexión con otras condiciones neurológicas
La disautonomía suele coexistir con TDAH, fibromialgia, síndrome de fatiga crónica y migraña, todos los cuales presentan hipersensibilidad sensorial como síntoma frecuente. Esta intersección complica la vida cotidiana, ya que la exposición a estímulos comunes puede desencadenar agotamiento, ansiedad o dolor físico.
2. Tipos de sensibilidades más frecuentes
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Visual:
- Fotofobia o dificultad para tolerar luz intensa o parpadeante.
- Molestia con pantallas LED, fluorescentes o luz solar directa.
- Fatiga ocular rápida, dolor de cabeza y dificultad para mantener la atención.
 
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Auditiva:
- Reacción exagerada a ruidos cotidianos, como conversaciones, tráfico o electrodomésticos.
- Dolores de cabeza y estrés por sobreestimulación.
 
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Táctil:
- Molestia con texturas, ropa ajustada o etiquetas.
- Sensación de “sobrecarga” al contacto prolongado o estímulos repetitivos.
 
3. Estrategias para manejar la sobrecarga sensorial
Aunque no existe una “cura” para la sensibilidad sensorial asociada a disautonomías, estrategias de manejo y prevención pueden mejorar significativamente la calidad de vida:
a) Protección visual
- Uso de lentes con filtro de luz azul o verde, según nivel de sensibilidad.
- Ajuste del brillo de pantallas y luces ambientales.
- Preferir lentes con recubrimiento anti-reflejo y anti-grasa, que disminuyen la fatiga ocular y mejoran la claridad visual.
b) Ajustes ambientales
- Reducción de iluminación intensa o intermitente.
- Minimizar ruidos de fondo o usar auriculares con cancelación de ruido.
- Adaptación de texturas y ropa para disminuir molestias táctiles.
c) Ritmos de descanso y pausas sensoriales
- Incorporar pausas periódicas de 5–10 minutos durante la exposición a pantallas o ambientes ruidosos.
- Ejercicios de respiración y relajación para disminuir la sobreexcitación del SNA.
4. Conclusión
Las disautonomías como el POTS no solo afectan el corazón y la presión arterial, sino también la percepción sensorial, aumentando la sensibilidad a estímulos visuales, auditivos y táctiles. Reconocer estas interacciones neurofisiológicas permite adaptar entornos, hábitos y herramientas —como lentes especializados— para reducir la sobrecarga sensorial y mejorar el bienestar.
Entender la conexión entre autonomía nerviosa y sensibilidad ayuda a crear estrategias personalizadas para quienes viven con disautonomías, neurodivergencia o migrañas, permitiendo mantener productividad, concentración y comodidad en la vida diaria.
Referencias
Raj, S.R. The Postural Tachycardia Syndrome (POTS): Pathophysiology, Diagnosis & Management. Circulation 2013; 127: 2336–2342.
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Stewart, J.M. Common Syndromes of Orthostatic Intolerance. Pediatrics 2013;131:968–980.
Mathias, C.J., et al. Autonomic Disorders and Sensory Modulation: Mechanisms and Interventions. Clin Auton Res. 2018;28:361–373.
 
          